martes, 30 de octubre de 2007

Los Palos




Los Palos del flamenco



Los palos en el flamenco son los diversos estilos con que este arte se expresa. Como es lógico, existieron estilos originarios, de los que se fueron derivando y posteriormente asentando la gama total de formas con las que el flamenco se ha ido manifestando a través del tiempo. Algunos de los palos antiguos han tenido que ser resucitados debido a que habían dejado de interpretarse por los cantaores, otros han seguido vigentes desde su nacimiento; a continución aquí se mencionan los más importantes del flamenco:


El Martinete



Su origen es incierto, aunque la mayoría de los estudiosos coinciden en señalar las fraguas, lugar donde de una forma habitual solían trabajar los gitanos andaluces, como el lugar donde se comenzaron a gestar este tipo de cantes. Los fuelles gemelos que se utilizan en las fraguas se llaman igualmente martinetes, así como el martillo o pilón que se utiliza en las herrerías, hecho que de alguna manera avalan el origen del nombre de este genero flamenco. El martinete es considerado una modalidad de las tonas, siendo incluso habitual referirse a los martinete para designar los distintos tipos de tonas. Existen un cante llamado carcelera que es considerado como una variante del martinete, opinión acreditada por el echo de que en el concurso de Cante jondo celebrado en Granada en 1922 se incluyen los martinetes junto con las carceleras. Otra modalidad que podemos escuchar es la llamada saeta por martinetes. El martinete se suele acompañar golpeando un metal con un martillo o bien sobre una mesa, la tapa de la guitarra o con los pitos (chasquidos de los dedos), y siempre sobre la clave métrica de las seguiriyas.



Alegrías

F. pl. [De alegre, y éste del lat. alicer, alecris.) Cante con copla, por lo general, de cuatro versos octosílabos, que pertenece al grupo de las cantiñas. Nació como cante para bailar, eminentemente festero. Se caracteriza por su dinamismo, desenvoltura y gracia. El cante en sí esta formado por una sucesión «de coplas y entre alegría y alegría, es costumbre intercalar ciertas variaciones o juguetillos de diferente música por el mismo compás.




Bulerías



Baile flamenco por antonomasia que se caracteriza por el predominio de movimientos convulsivos y de torsión, realizados con gracia y donaire. Admite todas las improvisaciones que sea capaz de ejecutar el interprete y en él caben todos los giros y mudanzas que se deseen si se sabe seguir el compás. Sobre este singular estilo, siempre en ebullición y evolución, sobre todo en los últimos tiempos. Según algunos estudiosos del arte flamenco La bulería es hija de la soleá y etimológicamente es una deformación gitana del vocablo castellano burlería.


Caracoles

m. pl. De estribillo a j; modo de pregón con que se remata el cante propiamente dicho, en el que se repite la palabra caracoles.] Cante cuya copla consiste en una serie de estrofas, con versos de diferentes medidas. Pertenece al grupo denominado de las cantiñas y musicalmente esta muy próximo a las llamadas alegrías y más aún, al mirabrás, con cierta propensión al barroquismo, a los arabescos y a los giros ornamentales. Sus letras suelen ser graciosas y, a veces, picantes, y en ellas se introduce, entre estrofas y a modo de estribillo, la palabra caracoles. El toque se realiza únicamente en do mayor, y la medida es la misma que la de las soleares, las alegrías y las bulerías. Baile flamenco. mas propio de la mujer, por lo que presenta, como las soleares, o las peteneras, un gran número de movimientos ondulatorios que van de acuerdo con los punteados leves y con la melodía cadenciosa de la música. Es posible que tenga su precedente en otro baile de la llamada escuela moderna de palillos y que se conocía por el nombre de caracoles clásicos.









Fandangos

m. [Del port. fado, y éste del lat. fatus, hado.] Cante con copla de cuatro o cinco versos octosílabos, que en ocasiones se convierten en seis por repetición de uno de ellos, y cuyo nombre también corresponde al baile que acompaña. Aunque en el principio fue cante para bailar, en la actualidad muchas de sus variantes son cantes para escuchar, tanto de naturaleza comarcal como los de creación personal o artísticos.

Como baile es un estilo muy antiguo. que ha ido adquiriendo con el tiempo características propias del flamenco. Se trata esencialmente de un baile de pareja con giros propios de los bailes de galanteo. En torno a los orígenes y evolución del fandango. José Blas Vega ha escrito lo siguiente: «Según el diccionario etimológico de Corominas, el origen de la palabra fandango es incierto: probablemente se deriva del vocablo portugués fado, que sirve para designar un canto y baile típico. Los trabajos de varios musicólogos, recogidos en la Enciclopedia de la música de Lavignac, coinciden al emplear esta palabra como genérica denominación de un aire de danza española de tres por cuatro de vivo movimiento, dentro del cual pueden afiliarse malagueñas, rondeñas, granaínas y murcianas, poco diferentes entre sí. Y aunque era conocido hacia fines del XVIII —en Portugal a comienzos del XVI se usó esfandangado para designar un canto popular—, la primera vez que hallamos el término es en un entremés anónimo de 1705. El novio de la Aldea, El deán Manuel Martí escribía (17-3-1712), en latín describiendo el fandango: "Ya conocéis esta danza de Cádiz, famosa desde hace tantos siglos...".






Farruca

[De farruco, denominación con que los andaluces designaban al gallego o al asturiano recién salido de su tierra, y éste del ar. furuq, valiente.] Según Gabriel Mana Vergara, en su Diccionario etnográfico americano, en Cuba también llamaban así a los asturianos y gallegos. Cante aflamencado de origen gallego, con copla de cuatro versos octosílabos que riman segundo y cuarto. Es cadencioso y melancólico con claras influencias de algunas formas gaditanas.

En la actualidad apenas se canta y sólo se emplea para acompañar el baile del mismo nombre, pero en los años diez y veinte tuvo gran popularidad, como se comprueba por las muchas grabaciones discográficas de estos años. Es melancólico y estático, cadencioso y grave, cuya mayor dificultad estriba en los redobles a contratiempo que alternan con sus pasos peculiares. Su creador fue Faíco. con la colaboración del tocaor Ramón Montoya
Como baile, la farruca es mucho más interesante flamencamente que como cante, de ahí su vigencia actual en algunos repertorios desde que Manuel de Falla anotara sus ritmos, a través de Félix Fernández García, llamado Félix El Loco, en 1918, para incluirlos en el ballet El sombrero de tres picos.








Guajira

f. [De guajiro, canción popular usual entre los campesinos de Cuba, y éste de guajiro, campesinos de Cuba, y éste de guajiro, campesino blanco de Cuba, señor] Cante aflamencado procedente del folklore cubano, con copla de diez versos octosílabos o décima. Sus letras se refieren, fundamentalmente, a La Habana y sus habitantes, o a temas de amor y nostalgia. El mayor impulso lo experimentó en los últimos años veinte y los treinta de este siglo, e iba acompañado, a veces, de un baile llamado con el mismo nombre, actualmente casi en desuso. // 2. Baile que tuvo su origen en la primera mitad del presente siglo, acompañado del cante del mismo nombre, tal como se hacía en Cuba. Posee un ritmo muy conciso por lo que cuando se taconea, el acompañamiento de guitarra esta desprovisto de falsetas y sólo se hace con rasgueos. José Blas Vega, afirma lo siguiente sobre este estilo: «La guajira flamenca ha quedado a través de su ejecución prácticamente definida. Tal vez se puede estudiar las variaciones melódicas a partir de las primeras grabaciones que se hicieron de estos cantes, donde lógicamente el contacto y el motivo era más directo y mas vivo. Probablemente la genialidad melódica de Pepe Marchena aportó un mayor enriquecimiento. Para sus orígenes hay que tener en cunta los tangos americanos, las décimas y el puntos cubano o de la Habana, y con mucha más anterioridad hay huellas musicales en las tonadillas del siglo XVII





Sevillanas



f. pl. [De sevillana, natural de Sevilla]. Cante con copla similar a la clásica seguidilla castellana, es decir, la formada por cuatro o siete versos, de los cuales son, en ambos casos, heptasílabos y libres el primero y el tercero, y pentasílabos y asonantes los otros dos; cuando consta de siete, elquinto y el séptimo tienen esta misma medida y forman también asonancia entre si, y el sexto es, como el primero y el tercero, heptasílabo y libre. Se acopla también a la cuarteta, es decir, a la estrofa de cuatro versos octosílabos. Actualmente y dada las introducciones realizadas por los músicos profesionales en el estilo primigenio, abundan en sus letras muy diferentes formas desde los puntos de vista literario y musical. Es el arquetipo de la canción folklórica aflamencada y tuvo siempre la finalidad de acompañar el baile del mismo nombre. Se caracteriza por su gracia, su viveza, su ágil dinamismo y su flexibilidad. Su toque de guitarra se hace en cualquier tono.






La soleá


f. [De soledad, y éste del lat. sólitas, —atis.] Cante con copla de tres o cuatro versos octosílabos con rima consonante o asonante, que debió originarse durante el primer tercio del siglo XIX, para acompañar el baile por jaleos, pero que con su práctica se fue convirtiendo en un cante con entidad, hasta llegar a ser considerado uno de los estilos básicos del cante flamenco. Las letras de sus coplas responden a una temática muy amplia, desde lo intranscendente a lo trágico, pero siempre con rebosante humanidad, destacando sus alusiones a la vida, el amor y la muerte. En rigor, no debe hablarse de la soleá, como se habla de la caña o de la granaína, sino del cante por soleá, o por soleares, dada la cantidad de variantes y matices que posee.









Tango

m. (De tang, onomat. de un ruido resonante; o del tañido de tambor o de otro instrumento; o del ruido que produce la percusión de otros instrumentos. También onomat. simbólica del tambaleo. El sentido primitivo de tango tal vez sea el de una danza de la isla de Hierro y, en algunos lugares de América, como reunión de negros para bailar al son de un tambor, y como nombre de este tambor mismo; también se ha sugerido la procedencia del verbo tangir, del lat. tangere, tocar, hacer sonar algún instrumento musical; pero es probable que todos ellos deriven de la onomat. mencionada.] Cante con copla de cuatro, a veces tres, versos octosílabos. Es uno de los estilos básicos del flamenco. Las diversas modalidades que pueden hoy distinguirse, según procedan de Cádiz, Sevilla, Jerez de la Frontera o Málaga, presentan ciertas diferencias, estructurales unas veces e interpretativas otras, pero casi siempre se manifiesta como un cante para bailar, de naturaleza típicamente bajo-andaluza. Cantado para escuchar es un cante sereno y solemne que se presta menos al lucimiento que los tientos, que es una recreación del tango en ritmo más lento. Es muy posible que sea el tango uno de los estilos más antiguos del acervo flamenco.










Rumba

RUMBA, f. (De rumb. onomat. de un ruido que vibra y retumba, ya en las cosas, ya en los grupos de personas en diversión, y secundariamente es voz expresiva de la ostentación. De ella deriva rumba con cl significado de francachela, parranda, en Antillas; muchedumbre en Santo Domingo; y un baile popular y provocante de origen negro y la música que lo acompaña, en Cuba, propagado desde este país a otros americanos y europeos.] Cante folklórico aflamencado con copla de cuatro versos generalmente hexasílabos. Es de origen hispanoamericano y se popularizó en España través del teatro y los espectáculos de variedades, de donde la toman los interpretes flamencos, prestándole un aire festero entre el tango y la bulería.







Siguiriya



f. [Deformación fon. de seguidilla, d. de seguida, cierto baile antiguo; vida rufianesca.] Cante con cuatro versos, los dos primeros y el último, por lo general, hexasílabos y el tercero endecasílabo dividido en hemistiquios de cinco y seis sílabas. Las hay también de tres versos, uno endecasílabo entre hexasílabos, aunque al cantarse se repite el primero o se le antepone otro postizo. Apareció a finales del siglo XVIII y se acentuó su práctica a principios del XIX. No tiene relación musical alguna con la seguidilla tradicional española. Es un cante dramático, fuerte, sombrío y desolador, que está considerado en su condición de básico como uno de los estilos más exponentes de la esencia jonda del cante flamenco. Las letras de sus coplas son tristes, sentimentales y reflejan Ia tragedia humana, sus sufrimientos y dolores en relación con los eternos temas del amor, la vida y la muerte. Se toca a la guitarra por en medio y es uno de los cantes más difíciles de interpretar por su cantidad de matices y el conocimiento que es preciso tener de él para encajar los tercios en la medida de su música.



Tiento


m.pl. [De tiento, cierta composición, por lo general corta, que a modo de preludio se ejecutaba en el órgano en los intermedios de la misa; luego pasó de la iglesia al pueblo y del órgano a la guitarra y significó floreo o ensayo que hace el músico antes de dar principio a lo que se propone tañer. Para algunos investigadores proviene de una de las coplas del cante que empieza con el verso «Me tiraste unos tientos...», con el sentido de tomar el tiento, pulsar, examinar, ver como se reacciona; también der. del lat. templare.} Cante con copla de tres o cuatro versos octosílabos a la que sigue, por lo general, uno o varios estribillos de tres versos, cuya medida es uniforme. Es un cante reciente, su conocimiento data de los primeros años del siglo, al menos posterior al estilo del que procede, el tango, y con igual compás que éste, aunque más lento, solemne y complicado. Fue precisamente en Cádiz donde comenzó llamándosele tango tiento, es decir tango lento, aunque más tarde, en Sevilla, la denominación se fue perdiendo, sustantivándose en el primer adjetivo y quedando definitivamente como un nuevo cante en sí, por la mayor lentitud de sus tercios, y en el que Junto a la paternidad del tango parece que han influido matices de la siguiriya y de la soleá. Es un cante bailable, con letras que suelen ser patéticas, sentimentales y sentenciosas.




























Historia




Sobre el origen de la denominación flamenco se han manejado todo tipo de teorías. Unas lo hacen descendientes del árabe, otras del sefardita o del caló y otras lo relacionan con las aves del mismo nombre, por su actitud garbosa similar a la de un bailador, o con los procedentes de Flandes (los flamencos) que vinieron a repoblar gran parte de la Andalucía reconquistada. Lo cierto es que hacia el 1860 flamenco era sinónimo de gitano y gitano, podía ser gitano o agitanado, que ambas posturas era consideradas flamencas.

Por otra parte encontramos en las crónicas las denominaciones de género andaluz o gitanesco para referirse a lo flamenco. La moda de agitanarlo todo que reino en la España de la segunda mitad del siglo XIX es providencial para el desarrollo del cante, el toque y el baile, y mas allá de teorías sobre los orígenes de la palabra flamenco (esa especie de toreo musical) lo que más interesa es el origen de la música, que como tal lo definen.

Los primeros datos sobre un tipo de música emparentada con el flamenco se remonta, sin embargo, a un siglo antes, mediados del XVIII ,cuando el ambiente tonadillero, entre sainetes y romanceros, y el desarrollo cada vez mas patente de una escuela nacional de baile, entre otros elementos, sirve como sustrato que ha de propiciar la creación de los géneros flamencos con la llegada del siglo XIX.

El arte flamenco como tal se manifiesta en los teatros y los cafés cantantes de Cádiz, Sevilla y Jerez,
principalmente, cuando un selecto grupo de cantaores, guitarristas y bailadores, de ambos sexos, advierten la excelente acogida que el público dispensa a esta clase de música.

La historiografía flamenca ha diseñado numerosas teorías sobre los orígenes de este singular arte andaluz. La mas extendida nos habla de una época hermética, en la que los gitanos andaluces cantaban sus letras reservándolas al ambiente intimo y familiar. Esta teoría, careciendo de soporte documental fiable, ha dado paso en los últimos años a nuevas perspectivas que proponen un origen teatral del flamenco. En esta epoca teatral es en la que se configuran poco a poco los generos que hoy conocemos como flamencos. Todo esto ocurre a partir de la segunda mitad del siglo XIX y tiene sus mas rotundos valedores en cantaores como El Planeta, aquel gaditano que fue considerado rey de los dos polos, o su alumno predilecto conocido como El Fillo de Puerto Real y , sobre todo, el gran Silverio, de apellido Franconetti patriarca indiscutible de los primeros balbuceos del cante.

El recién nacido flamenco convivía con el teatro lírico, genero que incluía entre sus números cada vez con mas frecuencia cantos de raigambre popular, intercambiando elementos musicales constantemente. Un constante intercambio entre la escena y la taberna que mantuvo y mantiene vivo un tipo de música y de baile que, lejos de iniciarse en las cuevas a la luz de una hoguera, fue alumbrada por las lámparas de teatros y se mostró orgullosa siempre de una variadísima riqueza de estirpe andaluza.
Las mujeres jugaron a su vez un papel fundamental en el desarrollo del primer flamenco, con nombres como La Rubia de Cádiz, Dolores La Párrala, La Serneta, La África o Anilla la de ronda, entre otras. Los artistas son cada vez mas solicitados y en la región oriental bañada por el mediterráneo andaluz, Málaga, Granada, Almería, incluso las zonas mineras de Murcia, se apuntan a la fiebre Flamenca y cada día van en aumento los artista que apuestan por este nuevo arte, creado sin pausa un rico repertorio.
Así cuando nace el siglo XX están básicamente diseñados los resortes sobre los que se sostiene el arte flamenco. Nombres como Fosforito, Juan Breva y Antonio Cachón participaran activamente el desarrollo del arte andaluz propagando su fama por todos los rincones de la península.

Con la llegada del nuevo siglo nace una nueva forma del acercamiento del flamenco al público a traves de grandes espectáculos que reunian a un notable número de artistas. Esta época fue conocida como la opera flamenca, y tuvo un protagonista indiscutible: Pepe Marchena, quien en los años 20 aparece en el panorama flamenco influyendo notablemente en el desarrollo del cante.


En los años sesenta, y como respuesta a la revolución juvenil que invadía todo el mundo occidental, dos personalidades marcan las pautas de una nueva forma de interpretar el flamenco: Camarón de la Isla y Paco de Lucia, cante y guitarra renovados que supondrán la internacionalización de un arte que en sus orígenes fue andaluz y es hoy patrimonio de toda la humanidad.La renovación que propone Paco y Camarón tiene como contrapunto el arte de un cantaor

La revolución del cante corre paralela a aquella vivida por la guitarra. El instrumento español por antonomasia vive en los primeros años del flamenco un desarrollo inusitado que los guitarristas andaluces sabrán aprovechar, creando el soporte musical idóneo a ese nuevo tipo de música.La guitarra vivirá desde entonces un protagonismo cada vez mas acentuado manteniendo el equilibrio expresivo tanto de las formas cantables como en las bailables, hasta independizarse y adquirir el rango de instrumento de concierto.

Lo flamenco se manifiesta posiblemente por vez primera en su forma bailable, antes incluso que el cante o el toque. Una singularidad formada de bailar los aires andaluces que inundaban los teatros de la época forjo la estética que hoy conocemos como flamenca en personalidades como La Mancarrona, Concha La Carbonera, Pepa de Oro, La Malena, La Mejorana, Antonia Mercé La Argentina, por citar algunos personajes.

El baile vivió entonces un desarrollo teatral que se vio renovado por el arte de Antonio Gades, manteniendo la estela actual con artista de la talla de Mariano Maya, El Guito o Manolote. A su vez el baile de mujer en particular y el flamenco en general se vio revolucionado por una artista personalísima que inoculo al baile una trascendental forma de interpretación:Carmen Amaya.







Hoy, en el siglo XXI, en general el cante vive a la sombra del gran creador de la isla, Camarón, así como la guitarra se desarrolla bajo los principios que impone Paco de Lucia. No obstante, entre fusiones y confusiones, el arte flamenco admite nuevas formas conservando el espíritu que lo engendro, la respuesta andaluza y española a las músicas foráneas, como emblema de un pueblo antiguo y sabio en lo musical como pocos existen en el mundo, creando un idioma universal que a todos agrada, porque todos participan en su elaboración. Lejos de teorías raciales que intentan reducir los flamencos a unos pocos, se impone la plena participación de todos los que por estas tierras pasaron sedimentando lo mas granado de sus tradiciones, que fueron recogidas, elaboradas y regaladas al mundo entero para disfrute colectivo y gloria del arte de la música y la danza.