La percusión ha sido uno de los elementos principales en la revolución de la música flamenca de las últimas décadas. Sobre todo desde la introducción del cajón, instrumento que procede de Perú y que en poco tiempo se ha convertido en un elemento indispensable en cualquier formación musical jonda. A él hay que sumar otros instrumentos de percusión como la tinaja, los bongos, las congas y el darbuka, que, con la fusión y la búsqueda de nuevas sonoridades, se han ido haciendo un importante hueco en el mundo flamenco.
El taconeo, las palmas, las castañuelas y los golpes en el cuerpo de la guitarra o sobre una mesa son los elementos tradicionales con los que se ha venido marcando el ritmo y el compás en la música flamenca. A ellos Paco de Lucía sumó el cajón. Intuyendo sus posibilidades el maestro de la guitarra regaló al percusionista Rubem Dantas un cajón peruano. Con el tiempo y algunos retoques y mejoras este instrumento se ha acabado convirtiendo en compañero de la guitarra y el cante, ganándose incluso un nombre propio, el de cajón flamenco.
El cajón es un instrumento de percusión recientemente introducido en la música flamenca. Su origen es peruano, más concretamente afroperuano, ya que fue inventado por los esclavos africanos trasladados al virreinato de Perú. Estos esclavos utilizaban como instrumentos musicales las cajas que servían para transportar mercancías.
El cajón no llegó al flamenco hasta los años setenta. Desde entonces, ha ido adaptándose a las necesidades sonoras y rítmicas del flamenco, que, en general, requiere más agudos de los que proporcionaba el diseño original peruano. En poco tiempo, el cajón ha arraaigado con fuerza en el flamenco. Contribuye a crear el ritmo que tiene cada palo flamenco. Su funcionamiento es muy sencillo: a grandes rasgos se trata de una caja de madera a la que le falta una de las tablas laterales (en su diseño más básico y antiguo) o que incorpora un agujero en uno de sus lados.
El udu es una vasija de barro con dos aberturas: Una de ellas suele tener un "cuello" o saliente que puede ser más o menos largo, y la otra es un agujero en la "panza" de la vasija. Tapando y destapando este agujero con la palma de la mano se obtiene un sonido que puede recordar al ruido que produce un líquido en el interior de un recipiente si lo balanceamos. La otra mano se suele utilizar para ampliar sonidos, percutiendo directamente sobre la cerámica de cuerpo del udu.
La combinación de estos timbres lo convierte en un instrumento que se está haciendo muy popular entre los percusionistas. De la mano de la fusión y mezcla de sonidos ,cada vez son más los artístas flamencos que lo emplean en su búsqueda de nuevos ritmos.
Los Bongos
La guitarra flamenca alterna el punteado de la guitarra morisca con el rasgueado de la guitarra castellana, añadiendo golpes de percusión en la caja, así como trémolos y "falsetas". Esta "guitarra española" es la renovación de la dieciochesca vihuela de mano.
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